La Santa Misa
Partes de la misa
Ritos de introducción
Liturgia de la palabra
Liturgia de la eucaristía
Ritos de conclusión
Rito de introducción
Terminado el canto de entrada, el sacerdote, de pie junto a la sede, hace la señal de la cruz junto con toda la asamblea y saluda al pueblo reunido.
Acto penitencial
Se pide perdón a Dios por los pecados cometidos diciendo el Kyrie ("Señor, ten piedad") ("Yo pecador")). Después, el sacerdote invita al acto penitencial, que, tras una breve pausa de silencio, realiza toda la comunidad con la fórmula de la confesión general y se termina con la absolución del sacerdote, que no tiene la eficacia propia del sacramento de la Penitencia. Sólo elimina los pecados veniales, no los mortales.
Gloria
Se canta o reza el himno del Gloria, cuyo texto es invariable. El Gloria es un antiquísimo y venerable himno con que la Iglesia congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. Se canta o se recita los domingos, en las solemnidades y en las fiestas y en algunas peculiares celebraciones más solemnes, fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma y las misas de difuntos.
Oración colecta
Es aquella en la que el sacerdote recoge todas las intenciones de la comunidad.
Liturgia de la palabra
Primera Lectura
La primera lectura suele ser tomada del Antiguo Testamento. En Pascua de Resurrección suele ser tomada del Apocalipsis y los Hechos de los Apóstoles.
Salmo responsorial
Se canta o recita un fragmento de un salmo tomado del libro homónimo, en forma antifonal: los fieles repiten una antífona.
Segunda lectura
Es tomada del Nuevo Testamento, salvo del Evangelio. Generalmente es un pasaje de alguna epístola. Esta lectura se omite en los días de semana, a no ser que coincida con una solemnidad.
Aleluya
Es una aclamación que precede a la proclamación del Evangelio. Esta aclamación constituye de por sí un rito o un acto con el que la asamblea de los fieles acoge y saluda al Señor que les va a hablar en el Evangelio, y profesa su fe con el canto. Únicamente se omite durante la cuaresma.
Evangelio
El sacerdote inicia la lectura diciendo "Lectura del Santo Evangelio según...", a lo que nosotros respondemos diciendo "Gloria a Ti, Señor" y haciendo la señal de la cruz en la frente, labios y pecho. Al final se aclama "Gloria a Ti, Señor Jesús, estos Evangelios se dividen en ciclos A B y C.
Homilía
El sacerdote hace una prédica, generalmente en torno a las lecturas, al Evangelio, a la festividad del día o algún acontecimiento relevante. Sólo es obligatoria los Domingos y fiestas de guardar.
Credo
Es la profesión de nuestra fe, historia de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo
Oración de los fieles
Oramos por las necesidades de la Iglesia y las nuestras también.
Liturgia eucarística
Ofertorio
Las especies eucarísticas (pan y vino) son ofrecidas a Dios por el sacerdote, quién además se purifica mediante el lavado de manos. En este momento se canta la antífona de ofertorio del día, o en su defecto, un canto apropiado o mero silencio. Al comienzo de la liturgia eucarística se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y Sangre de Cristo. En primer lugar, se prepara el altar o mesa del Señor, que es el centro de toda la liturgia eucarística, y colocando sobre él el corporal, el purificador, el misal y el cáliz, que también se puede preparar en la credencia. Se traen a continuación las ofrendas: es de alabar que el pan y el vino lo presenten los mismos fieles.
Oración sobre las ofrendas
Terminada la colocación de las ofrendas y los ritos que la acompañan, se concluye la preparación de los dones con la invitación a orar juntamente con el sacerdote, que dice: "oren hermanos para que este sacrificio mío y de ustedes sea agradable a Dios, Padre Todo poderoso", a lo que el pueblo responde: "el Señor reciba de tus manos, este sacrificio para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia" y a continuación la oración sobre las ofrendas, y así todo queda preparado para la Plegaria eucarística.
Plegaria eucarística
Ahora empieza el centro y la cumbre de toda la celebración. La Plegaria eucarística es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios, en oración y acción de gracias, y lo asocia a su oración que él dirige en nombre de toda la comunidad, por Jesucristo en el Espíritu Santo, a Dios Padre. El sentido de esta oración es que toda la congregación de los fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio. La Plegaria eucarística exige que todos la escuchen con silencio y reverencia. Los principales elementos de que consta la Plegaria eucarística pueden distinguirse de esta manera:
Prefacio. Es un himno, que empieza con un diálogo entre el sacerdote y los fieles. Resume la alabanza y la acción de gracias propia de la fiesta que se celebra. En esta acción de gracias, el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la obra de salvación o por alguno de sus aspectos particulares, según las variantes del día, festividad o tiempo litúrgico.
Sanctus ("Santo"). Los fieles junto con el sacerdote cantan, o rezan, el Sanctus: Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus sabaoth. Pleni sunt caeli et terrae gloria tua. Hossana in excelsis. Benedictus qui venit in nomine Domini. Hossana in excelsis ("Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el Cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el Cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el Cielo").
Epíclesis. En la Epíclesis, la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones que han presentado los hombres queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada; que se va a recibir en la Comunión sea para salvación de quienes la reciban. En otros ritos esta invocación se hace después.
Consagración. El sacerdote relata la institución de la eucaristía en el Jueves Santo, usando las mismas palabras de Jesús sobre las especies: sobre el pan, "Hoc est enim corpus meum (...)" ("Esto es mi Cuerpo...") y sobre el vino, "Hic est enim calix sanguinem meam (...)" ("Este es el cáliz de mi Sangre..."). Cuando el sacerdote dice estas palabras sobre el pan de harina de trigo sin levadura y el vino de uva, con la intención de consagrar, la substancia del pan y del vino desaparecen (no obstante los accidentes permanecen) siendo reemplazados por el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. En esta parte de la Misa, todos permanecen de rodillas. En el relato de la institución y consagración, con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando bajo las especies de pan y vino ofreció su Cuerpo y su Sangre y se lo dio a los Apóstoles en forma de comida y bebida, y les encargó perpetuar ese mismo misterio.
Anámnesis e Intercesiones. El sacerdote prosigue la oración eucarística recordando los misterios principales de la vida de Jesucristo, conmemorando a algunos santos (en primer lugar a la Virgen María), y haciendo peticiones por el Papa, el obispo del lugar, los fieles difuntos y los circunstantes
Doxología final La Doxología final expresa la glorificación de Dios, y se concluye y confirma con la aclamación del pueblo: Amén. La aclamación se puede repetir hasta tres veces. El sacerdote eleva las especies eucarísticas y dice en voz alta (o canta): "Per ipsum et cum ipso et in ipso, est tibi Deo Patri omnipotenti, in unitate Spiritus Sancti, omnis honor et gloria per omnia saecula saeculorum" ("Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos"), a lo cual los fieles responden Amen.
Rito de la Comunión
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles, debidamente dispuestos, como alimento espiritual. A esto - tienden la fracción y los demás ritos preparatorios, que conducen a los fieles a la Comunión.
Padre Nuestro.
Ad pacem (Rito de la paz). El sacerdote solo reza la oración Ad pacem. Con este rito, la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana, y los fieles expresan la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de comulgar en el Sacramento
Fracción del pan
El sacerdote parte el pan eucarístico con la ayuda, si procede, del diácono o de un con celebrante. El gesto de la fracción del pan, realizado por Cristo en la última Cena, y que en los tiempos apostólicos fue el que sirvió para denominar la íntegra acción eucarística, significa que los fieles, siendo muchos, en la Comunión de un solo pan de vida. El sacerdote realiza la fracción del pan y deposita una partícula de la hostia en el cáliz, para significar la unidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor en la obra salvadora, es decir, del Cuerpo de Cristo Jesús viviente y glorioso. También es la unión del sacerdote con el obispo.
Agnus Dei (Cordero de Dios)
Esta invocación acompaña a la fracción del pan y, por eso, puede repetirse cuantas veces sea necesario hasta que concluya el rito. La última vez se concluye con las palabras: danos la paz.
Comunión
Los fieles que se encuentran preparados -esto es, sin haber cometido un pecado mortal desde su última confesión y habiendo ayunado durante una hora- pueden acercarse a recibir la Comunión. Es decir en estado de gracia.
Purificación de los vasos sagrados
Tras dar la Comunión a los fieles que se acercaron, el sacerdote termina de consumir la Sangre y luego purifica todos los cálices y utensilios utilizados durante la Misa. Las sagradas Formas, u Hostias, que pueden haber quedado se reservan en el sagrario.
Oración después de la Sagrada Comunión
Los fieles se ponen de pie y el sacerdote reza una breve oración.
Ritos de despedida
Bendición.
Antes de la bendición, se pueden introducir breves avisos para los fieles. Con la bendición final, el sacerdote bendice a los fieles "in nomine Patris et Filii + et Spiritus Sancti" ("en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo").
Respeto a la santa misa
Llegar temprano
No platicar
No chicle
Ropa deciente
Respetar el espacio de los demás
Salir después de que acaba la última canción
Dios los bendiga Pidan ayuda a la Santísima Virgen para que puedan vivir en todo su esplendor la Santa Misa.
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