Thursday, March 21, 2013

SEMANA SANTA






SEMANA SANTA
 
Es también llamada por los cristianos la Semana Mayor del Año, ya que en ella se actualizan los misterios de la salvación realizados por Jesús, el Hijo de Dios enviado por el Padre con el poder y la fuerza del Espíritu Santo.

Ella comienza el Domingo de Ramos, en el que Jesús entra en la ciudad de Jerusalén aclamado por sus seguidores, que agitan ramas y arrojan mantos a su paso, como el Rey esperado por los judíos como Mesías y Señor.

Ante este acontecimiento, las autoridades de su tiempo, deciden acabar con Él, y al no decidir los romanos sobre cuestiones religiosas para un enjuiciamiento civil que pueda llevarlo a la muerte, los jeques judíos no dudan en presentar su aspecto de “subversivo” contra el poder imperial.

Esto acarrearía un serio problema al entonces gobernador del lugar Herodes, ya que las sediciones judías tenían poco más que harto al emperador de Roma.

Poncio Pilatos ve la inocencia de Jesús, pero ante la impaciencia del pueblo, incentivado por sus líderes religioso-políticos, decide que su suerte corra a voluntad de ellos que, eligiendo la libertad de Barrabás para esas fiestas pascuales, proponen la condena de Jesús

 
DOMINGO DE RAMOS
El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.
Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los olivos para recalar en la capilla de Betfagé, que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. .
Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.
San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto".
Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.

Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"

Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.

La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén.


Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.
Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos.
Era el anuncio del amor de un Dios que baja con nosotros hasta el abismo de lo que no tiene sentido, del pecado y de la muerte, del absurdo grito de Jesús en su abandono y en su confianza extrema. Era un anuncio al mundo pagano tanto más realista cuanto con él se podía medir la fuerza de la Resurrección.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.
La envidia, celo, arrogancia y enojo por cómo la gente amaba a Jesús provoco que se planeara su muerte.
La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.

Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar.

JUEVES SANTO
Significado de la celebración

El Jueves Santo se celebra:
la Última Cena,
el Lavatorio de los pies,
la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio
la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.

LA MISA CRISMAL
Según una antigua tradición, el Jueves Santo por la mañana se celebra la misa crismal, en la que el obispo de la diócesis, que concelebra con su presbiterio, consagra el santo crisma y bendice el óleo de los catecúmenos y la unción de los enfermos.
La concelebración de la misa crismal manifiesta la comunión entre el sacerdocio y el ministerio que existe entre el obispo y los presbíteros. El rico significado teológico y pastoral de esta celebración en la vida de la diócesis reclama que sea única, que tenga lugar en la catedral y que participe el mayor número de fieles.
La nueva revisión de la “Institutio Generalis Missalis Romani”, aprobada por Juan Pablo II el Jueves Santo del 2000, indica que es competencia de la Conferencia Episcopal, preparar el calendario litúrgico de la Nación, indicando que no se propongan cambios “nisi revera sint maximi momenti” (n. 394).
ULTIMA CENA
Desde el día los judíos gracias a la misericordia de Dios e intercesión de Moisés salieron de Egipto y dejaron de ser esclavos; empezaron a celebrar la pascua en la primera luna llena de primavera,
Pascua quiere decir “paso”, es decir, el paso de la esclavitud a la libertad. El paso de Dios por sus vidas.

Los judíos celebran la pascua con una cena muy parecida a la que tuvieron sus antepasados en la última noche que pasaron en Egipto.

Las fiestas de la pascua se llamaban “Pesaj” y se celebraba en recuerdo de la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto. Esto lo hacían al llegar la primavera, del 15 al 21 del mes hebreo de Nisán, en la luna llena.  Lo que es para nosotros la luna llena del mes de marzo o abril.


LAVATORIO DE LOS PIES

Antes de comenzar la Cena Cristo "... sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido." (Jn 13 3-5)
Al igual que los apóstoles, en especial San Pedro, nos quedamos asombrados, como Cristo que tiene todo el poder y que es Dios se pone al servicio del hombre. Un Dios que lava los pies a su criatura. La realidad es que Dios mismo quiere recordarnos que la grandeza de todo cuanto existe no reside en el poder y en el sojuzgar a otro, sino en la capacidad de servir y al darse dicho servicio se da gloria a Dios. Cristo mismo ya se lo había dicho a los discípulos: "... el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido si no a servir y a dar su vida como rescate por muchos." (Mc 10, 43-45).
Con esto queda muy clara la misión de la Iglesia en el mundo: servir. "Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros" (Jn 13, 15) La Iglesia siguiendo el ejemplo de Cristo está al servicio de la humanidad. Por tanto todos aquellos que formamos la Iglesia estamos llamados a servir a los que nos rodean.

Jesús en este pasaje del Evangelio nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y para demostrarle nuestra fe en Él. Recordar que esta no es la única vez que Jesús nos habla acerca del servicio. Debemos procurar esta virtud para nuestra vida de todos los días. Vivir como servidores unos de otros.


LA INSTITUCION DE LA SAGRADA EUCARISTIA
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.
Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros hermanos. Él quiso que, como en su última Cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de Él bendiciendo el pan y el vino: "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19).

La Santa Misa es entonces la celebración de la Cena del Señor en la cual Jesús, un día como hoy, la víspera de su pasión, "mientras cenaba con sus discípulos tomó pan..." (Mt 28, 26).
Antes de ser entregado, Cristo se entrega como alimento. Sin embargo, en esa Cena, el Señor Jesús celebra su muerte: lo que hizo, lo hizo como anuncio profético y ofrecimiento anticipado y real de su muerte antes de su Pasión. Por eso "cuando comemos de ese pan y bebemos de esa copa, proclamamos la muerte del Señor hasta que vuelva" (1 Cor 11, 26).

LA ORACION EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
Al terminar la cena Jesús se retira a el Monte, pide la compañía cercana de Pedro, Santiago y Juan, aquellos que más participaron de sus andanzas por Palestina, y que contemplaron la Gloria de la Pascua anticipada en el Monte Tabor.

Vencidos por el sueño, ensayan una última defensa cuando Judas se aproxima con soldados y otros más para aprehenderlo.
Lectura del Evangelio según San Marcos14, 32-42.:

Reflexionemos con Jesús en lo que sentía en estos momentos: la angustia ante la muerte, la tristeza por ser traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir la voluntad de Dios, su obediencia a Dios Padre y su confianza en Él. Las virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad.

VIERNES SANTO

Día en que crucificaron a Cristo en el Calvario. Cómo rezar el Vía Crucis. La Virgen de la Soledad Viernes Santo en este día recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna.
Es día de penitencia obligatorio para toda la Iglesia y por tanto hay que guardar en este día la abstinencia y el ayuno, y según la oportunidad también el Sábado Santo hasta la Vigilia pascual. El ayuno de estos dos días es además de penitencial, celebrativo, ritual, y contemplativo del misterio de la Cruz.
14 estaciones
Señal de la Cruz
Antes de cada estación se reza: Te adoramos o Cristo y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador. Amen.
Después de cada estación rezamos: Padre Nuestro, Ave María, Gloria.


1. Jesús es condenado a muerte.
2. Jesús carga con la cruz.
3. Jesús cae por primera vez.
4. Jesús encuentra a su Santísima Madre.
5. Simón el Cirineo le ayuda a llevar la cruz.
6. La Verónica limpia el rostro de Jesús.
7. Jesús cae por segunda vez.
8. Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús.
9. Jesús cae por tercera vez.
10. Jesús es despojado de sus vestiduras.
11. Jesús es clavado en la cruz.
12. Jesús muere en la cruz.
13. El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz.
14. El cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro.


Oración Final


Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén


 


LA ÚLTIMAS PALABRAS DE JESUS


Sin embargo, son sus últimas palabras en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo.


"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Este es el evangelio, está la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús.


1.- Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. (Lc. 23,34)


2.-En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso. (Lc. 23,43)


3.-Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu madre (Jn. 19, 26-27)


4.- ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado? (Mc. 15, 34; Mt. 27, 46)


5.-Tengo sed. (Jn. 19,28)


6.-Todo está cumplido. (Jn. 19, 39)


7.-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. (Lc. 23, 46)


 


 


 


SABADO SANTO


Durante el este día la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en la oración y el ayuno su resurrección.


Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro. Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".


Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."


El sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.


Es un día de meditación y silencio.


 


DOMINGO DE RESURECCION


El domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.


Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.


La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.


Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.


En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?


Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.


San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14)


Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.


Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.


La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.


La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.


Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo.


Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.


 


 


 


INDULGENCIAS


El «Código de derecho canónico» (c. 992) y el «Catecismo de la Iglesia católica» (n. 1471), definen así la indulgencia: «La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos”. Podemos ganar para nosotros o para los difuntos el don de la Indulgencia Plenaria si cumplimos algunas de las siguientes obras establecidas por la Santa Sede durante el Triduo Pascual.


Jueves Santo


Durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, si recitamos o cantamos el himno eucarístico del "Tantum Ergo" ("Adorad Postrados").


Visitando por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.


Viernes Santo


El viernes Santo, si asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.


Sábado Santo


Recitando juntos el Santo Rosario.


Vigilia Pascual (noche del sábado)


Asistiendo a la celebración de la Vigilia Pascual y renovando en ella las promesas de nuestro Santo Bautismo.


 


Tipos de indulgencias


Indulgencia Parcial:


-tener la intención de ganar indulgencias


-realizar la obra o la oración prescrita


-estar en estado de gracia


Indulgencia Plenaria:


-Visitar el lugar u observar aquello a lo que se le concedió indulgencia.


-tener la intención de ganar indulgencias


-Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.


-Rezar el Padre Nuestro para afirmar la propia dignidad de hijos de Dios recibida en el bautismo.


-Rezar el Credo (Símbolo de la fe) para afirmar la propia identidad cristiana


-Confesión Sacramental


-Comunión Eucarística


-Orar por las intenciones del Santo Padre para afirmar la propia pertenencia a la Iglesia, cuyo fundamento y centro visible de unidad es el Romano Pontífice


La indulgencia plenaria solo puede ser adquirida una vez en el transcurso del día (excepto en el momento de la muerte). Es además requerido que toda atadura al pecado, incluso al venial, este ausente.
Aunque la comunión y la oración por el santo Padre son requeridas en el mismo día en que se ejecuta la obra o la oración, la confesión puede ser hecha 8 días antes o después.



Estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra enriquecida con la Indulgencia Plenaria; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra.


Con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias. Conviene, no obstante, que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón. En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre sólo se gana una Indulgencia Plenaria.




Los huevos de Pascua

Tradición de la iglesia de oriente. Los huevos son símbolo de la tumba, que con la resurrección de Cristo ha sido rota como cáscara de huevo. Sus colores de arco iris nos recuerdan la alianza que Dios hizo con Noé y la promesa de Dios a todas las criaturas sobre la tierra. Son colores festivos. La búsqueda de huevos es el modo acostumbrado de celebrar a las mujeres que llegaron a la tumba para embalsamar el cuerpo del Señor. El ángel brillante en sus vestiduras les preguntó: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¡Cristo ha resucitado!“

Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. El huevo adquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el Ave Fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio. También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo.

Los huevos de pascua en la antigüedad eran de gallina y de pato, y en la Edad Media les eran regalados a los chicos durante las celebraciones. Al tiempo, los cristianos comenzaron a obsequiarse huevos durante la Semana Santa con regalos y al principio el siglo 19, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos adentro.

En cuanto a la decoración, los huevos de pascua siempre han representado un desafío para los reposteros. Pero las diversas culturas fueron decorando de manera diferente los huevos. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol. Los huevos se hacían uno a uno con un molde prefabricado, lo que dificultaba mucho su elaboración masiva. Los colores estridentes fueron apareciendo con las grandes producciones de huevos, por los años 20 y 30 del siglo pasado.


El conejo de Pascua

Este no es un invento moderno. Tiene su origen en las celebraciones anglo-sajonas pre-cristianas. El conejo, un animal muy fértil, era el símbolo terrenal de la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril.

El conejo, como símbolo de Pascua, parece tener sus orígenes en Alemania donde es mencionado por primera vez en unos textos del siglo XVI. Los primeros conejos comestibles se fabricaron en Alemania en el siglo XIX de pastelería y azúcar.

El conejo de Pascua fue introducido en EE.UU. por los inmigrantes alemanes que llegaron al Pennsylvania Dutch Country durante el siglo XVIII. La llegada del "Oschter Haws" se consideraba uno de los grandes placeres de la infancia, equivalente a una visita de Papá Noel en Noche Buena. Los niños creían que si se portaban bien, el "Oschter Haws" pondría huevos de colores.

Los niños construían nidos en lugares apartados o escondidos de la casa, el granero o el jardín para que pusiera sus huevos el conejito. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.

Si quieres ver la presentacion aqui esta el enlace:  http://es.scribd.com/doc/131660797/Semana-Santa

Si quieres ver la pelicula de la Pasion aqui esta el enlace: http://gloria.tv/?media=137803


Dios te bendiga

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